¿Merece la pena recoger la sonrisa de la cara oculta de la luna por un
espejismo de un mundo más tierno?
¿Acaso merecen más las inclemencias de un violento vendaval que la
cálida brisa de los días de verano?
¿O es que, simplemente, las coces de la desgracia no compensan el más
sincero de los ‘‘te amo’’?
¿Acaso ocurre que las estrellas están cansadas de brillar tanto, porqué
siempre se las ve pero nunca se las mira?
¿O es que se le da más importancia a la tintineante luz de un flexo que
a la de tus ojos alumbrando mi vida?
¿Acaso ocurre que el sueño perdido entre los hielos de los cubatas de aquellos
recuerdos despedazados
es equivalente al insomnio perenne de pasar noche tras noche a orillas
de tu regazo acurrucado?
¿Merece la pena hacer sonar las campanadas de la victoria mientras
escuchamos el incesante tic-tac del reloj?
¿O es preferible permanecer inmóviles en una aparente calma mientras la
injusticia reina alrededor?
¿Merece la pena seguir dibujando sueños en la arena mientras el
sinsentido ir y venir de las olas sigue borrándolos cruelmente?
¿O es mejor rendirse y sentarse en frente del mar, mirándolo, a la
espera de un tsunami inminente?
¿Acaso es mejor, por su perfección, la línea del horizonte que la que tú
y yo forjamos con mil imperfecciones?
¿O es que se valora más el utópico efecto de una rectitud que el trabajo
realizado por dos corazones?
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http://www.flickr.com/photos/marina_mav/ |
Imanol Perez Aketxe
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